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lunes, 13 de diciembre de 2010

EL EFECTO MOZART


He Trabajado muchos años con Musicoterapia en Niños y Adultos...
los resultados son sorprendentes...no es necesario un gran conocimiento de Música...
sino saber cuándo y qué escuchar según el momento...
en Nuestra páginas encontrarán varios Cd y Material de este 
y otros temas acerca de los Nuevos Niños: 
Les Comparto este artículo que está muy interesante

Por Lic. Carolina Micha, especialista en desarrollo infantil- psicóloga de Primeros Pasos Producciones
Publicado en Planeta Mamá
En la Universidad de California, desde hace veinte años, se estudian patrones musicales y se observa el efecto que producen. Durante los años ochenta y noventa las revistas científicas de todo el mundo comenzaron a publicar los estudios que demostraban que la música: modifica la estructura del cerebro en desarrollo del bebé en gestación (entonces los obstetras y las obstétricas comenzaron a recomendar a las embarazadas que escucharan regularmente música tranquila y relajada); que los bebés reconocen y prefieren la música que oyeron en el vientre de sus madres; que el coeficiente intelectual aumenta en los niños que reciben instrucción musical regularmente; que la música alivia el estrés, favorece la interacción social, estimula el desarrollo del lenguaje y mejora las habilidades motoras de los niños pequeños. Los patrones fijos de las composiciones musicales, dentro de los cuales surgen nuevos elementos con los que se puede interactuar libremente, son un legado inmejorable que nos deja la música para unas cuantas áreas de la vida.
Pero además, en la Universidad de California, observaron que la música de Wolfgang Amadeus Mozart, ingeniosa y simple a la vez, posee propiedades únicas por lo que funciona mejor que la de otros compositores, dando origen a la expresión Efecto Mozart. En los últimos años, se han realizado numerosos estudios analizando el fenómeno. Los ritmos, las melodías y sobre todo las frecuencias de los patrones únicos en sus composiciones estimulan y potencian las regiones creativas y motivadoras del cerebro. Esta música, misteriosa y accesible a la vez, que por sobre todo no contiene astucia, produce un efecto dual que beneficia enormemente a los bebés: los relaja y los mantiene atentos al mismo tiempo, siendo este el mejor estado para el aprendizaje.
Además es sabido que la música puede reflejar las emociones de los niños, medio comprendidas y que los ayuda a aprender a expresar lo que sienten. La música habla un lenguaje que los niños entienden instintivamente. Por ello, darle a nuestros hijos la posibilidad de crecer y aprender rodeados de música es darles un legado invalorable para su desarrollo.
Según algunos científicos, el Efecto Mozart tiene grandes beneficios sobre el ser humano, como ayudar a desarrollar la inteligencia de los niños, atenuar los efectos de algunas determinadas enfermedades como el alzheimer, etc. Todo escuchando la música de este gran compositor.
Desde el año 1993 se han hecho varios experimentos para demostrar que la audición de la música de Mozart tiene importantes beneficios para el organismo. Aunque el efecto no es duradero, escuchar a Mozart durante unos minutos provoca un aumento del rendimiento intelectual, o al menos así lo constataron los investigadores del Centro Neurobiológico del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California.
Con algunas enfermedades, la música de Mozart hace maravillas, llegando a tener unas mejorías temporales. Para los niños entre 3 y 12 años representa mejorar la capacidad de razonamiento. Por la contra, el efecto Mozart no incide en otras aptitudes como la memoria, la fluidez verbal o la atención.
Los investigadores trataron de definir las características de la música de Mozart comparándola con otros tipos como la música de relajación, e intentaron explicar fisiológicamente el efecto Mozart. La primera explicación que dieron era que había similitud entre la música y la actividad en cuanto a frecuencias de activación y sus cambios espacio-temporales, otra explicación fue que la música de Mozart, puede ser capaz de activar áreas del cerebro que otros tipos de música no pueden activar, esta última explicación provenía de las pruebas que realizaron y que demostraban que la música de Mozart activaba las áreas del cerebro relacionadas con las emociones, las auditivas (como algunos otros tipos de música) y además la coordinación motora y la visión.
Se han hecho todo tipo de pruebas, incluso con ratas, las audiciones, mejoraban las capacidades de aprendizaje de éstas.
En EEUU se expandieron por completo los beneficios de estas audiciones llegando incluso los políticos a contemplar la compra de cd’s de Mozart para las guarderías y centros educativos, se llegó a hacer obligatoria la audición de la música clásica en los más pequeños.
Los expertos en el "Efecto Mozart", tras haber realizado diversos estudios y pruebas con niños y jóvenes, se muestran de acuerdo en afirmar que es la sonata para dos pianos K448 de W. A. Mozart la pieza ideal para el aprovechamiento de dicho efecto.
La música de Mozart tiene, entre otros, los siguientes efectos positivos: el desarrollo de habilidades para la lectura y la escritura, desarrollo del lenguaje verbal, desarrollo de habilidades matemáticas, desarrollo de la capacidad de recordar y memorizar.

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