viernes, 4 de octubre de 2013

La “vacunología social” y la inmunidad de las vacunas

En Argentina, Brasil o Chile “exhiben” los éxitos conseguidos con la vacunación de la triple vírica, como si los problemas en Europa y Canadá y Estados Unidos se debieran a las personas que deciden no vacunarse, lo que en ciertos ámbitos interesados denominan “antivacunas”. Es una postura que ignora la complejidad de las vacunas, su inmunidad y los cambios sociales.

Existe lo que se denomina “vacunología social” -que trata de la historia de las vacunas y su relación con la sociedad- de escaso desarrollo, por cierto, en una sociedad como la española en la que se multiplican sin cesar los expertos en vacunas y sus grupos, se mantiene la verticalidad de las decisiones vacunales, se explota el miedo a la vulnerabilidad y se demuestra escaso o nulo interés por las valoraciones críticas de vacunados (y de sus responsables legales y profesionales). Pero lo cierto es que la vacunología social demuestra que hay cambios de la sociedad que influyen en la inmunidad y en las vacunas; por ejemplo, a embarazos más tardíos existe más susceptibilidad para contagio del sarampión al bebé por tener las madres vacunadas menos anticuerpos en sangre cuanto mayores son.

Según la Comisión de Vacunas de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) la triple vírica es útil pero tiene problemas por evanescencia de la inmunidad a los 20-30 años de la vacunación. En Argentina, Brasil, Chile y otros países se “exhibe” el éxito de la vacuna contra el sarampión comparándolo con el fracaso en Europa con sus brotes, por los “antivacunas”. Grave error. El problema de fondo es el fallo de la inmunidad a largo plazo, y los cambios sociales, como el retraso de los embarazos.

En Holanda, vale la pena destacar los resultados de la comparación de tasa de anticuerpos en embarazadas vacunadas y no vacunadas (grupo protestante que se niega a toda vacunación). Como era de esperar, las mujeres embarazadas no vacunadas tenían más y “mejores” anticuerpos que las defendían a ellas mismas y sobre todo a sus bebés). La baja inmunidad de las vacunadas, un problema para sus bebés y para los “brotes” de sarampión: Children of mothers vaccinated against measles and rubella have lower concentrations of maternal antibodies.

Además, como se ha demostrado al estudiar un brote de sarampión en Canadá, la vacuna puede llegar a no tener efecto, incluso con dos dosis. Dos dosis no son suficientes para evitar el contagio: Canada measles outbreak. Unexpected vulnerability in 2-dose recipients was taken into account.

Nos fijamos mucho en el número de personas que se vacunan en una comunidad pero tratamos menos la eficacia de las vacunas y la duración de la inmunidad que ofrecen. Un caso extremo es el que comentábamos el otro día sobre la vacuna de la gripe estacional, su inmunidad sólo dura unos meses. O los recurrentes brotes de paperas que se producen en España por la baja eficacia de las vacunas utilizadas.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por visitarnos, te invitamos a que nos agregues y dejes tu comentario.